En 1972, en los últimos años del franquismo, la cantautora Evangelina Sobredo – de nombre artístico, Cecilia – publica un tema titulado “Nada de Nada”. Su letra es un canto a lo indiferentes que podemos llegar a sentirnos. O tal vez es un poema a la sensación de libertad que supone ser nada de nada, nada de nadie. Y de paso nos regala una de las más poéticas explicaciones de cómo se forma un horizonte planetario, o tal vez todo lo contrario, la imposibilidad de que los planetas puedan existir. En ambos casos todo empieza por un grano de polvo perdido en el espacio. Nada de nada.